Si Homo erectus era probablemente cleptoparásito (robaba carroña que aportaban proteínas y grasas de buena calidad) y complementaba su dieta con alimentos vegetales, en Homo heidelbergensis se hace patente un predominio de la dieta carnívora con evidencias de caza. La presión evolutiva para que se desarrollara la caza se derivaría de las condiciones ecológicas del territorio que colonizaron: Europa era fría y durante seis meses existían muchos menos recursos alimenticios vegetales que en África, el carroñeo y el cleptoparasitismo (robar presas a los animales predadores) no aportaba suficientes nutrientes lo que habría inducido (por selección) a la aparición de conductas sociales dedicadas a la caza: bandas de heidelbergensis se organizaban para perseguir a otros animales y ultimarlos en trampas naturales (precipicios, pantanos) o arrojándoles grandes hachas líticas bifaces e, incluso, rústicos venablos de madera aguzada.
Huesos
Dentro de sus rasgos morfológicos el Homo heidelbergensis mostraba una gran corpulencia física, con una talla entre 1,75 a 1,80 metros y cerca de 100 kg de peso.
Las mandíbulas también poseían una gran fuerza y robustez a causa del estrés al cual eran sometidas.
Tenía un cráneo más "inflado" que el de erectus. La parte trasera del cráneo es más redondeada y tenia las mejillas infladas, como en los neandertales, aunque la cara es más plana. Su capacidad neurocraneal rondaba los 1.350 cm³. Tambien poseía el aparato fonador como el homo sapiens .
Un estudio de las dentaduras de estos revela: que los molares y la dentadura definitiva les aparecían entre los 5 y 6 años después de nacer.
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